La endometriosis es una enfermedad ginecológica crónica muy frecuente, de causa desconocida, caracterizada por la presencia de tejido endometrial, funcionalmente activo, fuera de la cavidad uterina, que induce una reacción inflamatoria crónica. Existen tres tipos diferenciados de endometriosis según la localización:
- Endometriosis peritoneal, que son focos de endometriosis que afectan a la superficie del peritoneo de predominio pélvico.
- Quistes de endometriosis o endometriomas ováricos, también llamados «quistes de chocolate».
- Endometriosis profunda, que se define como lesiones que infiltran más de 5 mm el tejido retro peritoneal que afecta a los órganos subyacentes: intestino, uréteres, vejiga y nódulos en el espacio rectovaginal.
¿Por qué ocurre?
Hay muchas teorías, pero la más aceptada es la teoría de la menstruación retrógrada o de la implantación. Inicialmente propuesta por Sampson en la década de 1920. Según esta teoría, el endometrio pasa retrógradamente durante la menstruación a través de las trompas de Falopio a la cavidad peritoneal. Este fenómeno sucede durante la menstruación en más del 90 % de las mujeres sanas y se ha identificado como tal en cirugías laparoscópicas que se han realizado durante el período perimenstrual.
¿Quién puede padecerlo?
Edad
El diagnóstico de endometriosis pélvica habitualmente se realiza en la etapa reproductiva o menstrual de la mujer. Antes de la primera menstruación y después de la menopausia, la endometriosis es rara. La prevalencia de endometriosis pélvica en mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años es, como hemos señalado, muy baja. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que algunos estudios indican que en estas edades, cuando la sintomatología es persistente, el 50% de los casos presentan endometriosis.
No se ha encontrado relación entre la edad de la mujer y la gravedad de la endometriosis.
Características de la menstruación
Aparición de la primera regla antes de los 12 años constituiría un factor de riesgo de padecer endometriosis. Las menstruaciones con las siguientes características: ciclos cortos de 27 días o menos, flujo menstrual largo (superior a 7 días) y dolor menstrual. Probablemente este tipo de menstruación favorece el reflujo de sangre a la cavidad peritoneal.
Factores protectores
Tanto el tabaco como el ejercicio tienen un efecto protector sobre la producción de endometriosis, probablemente porque ambos descienden los niveles de estrógenos. El riesgo de endometriosis parece que podría reducirse durante el uso de la toma de contraceptivos orales.
¿Qué síntomas produce?
Dolor pélvico
Es el síntoma más característico de la endometriosis y con frecuencia el único. Su presentación e intensidad son muy variables. Muchas mujeres con endometriosis, incluso avanzadas, sienten poco o ningún dolor, mientras que otras con lesiones muy discretas tienen dolores intensos. El dolor suele ser intenso, profundo, constante y está localizado a los lados de la pelvis, en una u otra fosa ilíaca. El momento de su presentación es muy característico; aunque puede aparecer durante todo el ciclo genital, lo habitual es que sea premenstrual o perimenstrual (dismenorrea), es decir, que se inicie al comienzo de la regla o unos 2 días antes, y persista o incluso se intensifique durante y después de la menstruación. Por otra parte, la intensidad del dolor aumenta con el tiempo.
Esterilidad
La endometriosis se asocia con frecuencia a esterilidad, en un 30% de los casos.
Otros síntomas
Dolor al evacuar.
Molestias urinarias.
Trastornos de la función intestinal (diarrea, estreñimiento).
Diagnóstico
La laparoscopia ha sido considerada durante décadas de elección para el diagnóstico de la endometriosis. La visualización de los implantes y, en caso de duda, la obtención de tejido para estudio histológico han constituido clásicamente las bases del diagnóstico.
Tratamiento
No existe, por el momento, ningún tratamiento ideal que consiga alcanzar los cuatro objetivos básicos: suprimir los síntomas como: dolor, restaurar la fertilidad, eliminar la endometriosis visible y evitar la progresión de la enfermedad.
Puesto que la enfermedad se considera crónica, el tratamiento médico administrado, hasta la llegada de la menopausia o de una gestación, debe ser efectivo y seguro. Así pues, sus objetivos reales serán la reducción o eliminación de los síntomas y/o la mejoría de la fertilidad. Como ya se ha comentado previamente, el tratamiento médico y/o quirúrgico debe individualizarse, teniendo en cuenta tanto las manifestaciones clínicas en su totalidad y su gravedad como los efectos secundarios del tratamiento, la edad, la extensión y localización de la enfermedad, la duración de la infertilidad, el deseo reproductivo de la pareja, los efectos adversos de la medicación, los antecedentes quirúrgicos y la opinión de la mujer. Esto puede ser médico o quirúrgico.
Fuente: GONZÁLEZ-MERLO. GINECOLOGÍA: Endometriosis y adenomiosis
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